¿Es ético pagar a directores de casting para trabajar?
Artículo escrito por Assumpta Serna, Scott Cleverdon y Jessica Simms (*)
¿Es ético pagar a directores de casting para trabajar?
La descripción básica de un “taller de interpretación delante de la cámara con un director de casting” es que es un taller al cual se paga por asistir a fin de tener la oportunidad de interpretar en cámara delante de un director de casting. Pero, ¿qué esperan lograr los actores?, ¿por qué servicio están exactamente pagando? ¿Un taller con un director de casting es una clase de interpretación o debería ser una clase para ayudarle a mejorar su habilidad para hacer castings?
Directores de casting en Hollywood
Desde 2010, ha habido mucha controversia sobre el tema en Hollywood. El malestar surge de la ambigüedad de los motivos de ambos: del actor que paga para la “clase” y también del conflicto de intereses que se genera cuando el director de casting recibe dinero del productor y del actor para el mismo proyecto.
La presencia de un director de casting, en lugar de otro profesor, es particularmente atrayente para muchos jóvenes actores que buscan ese momento para darse a conocer. Muchos actores ven un taller con un director de casting como la única manera de introducirse en el mercado.
Hace unos años, para conocer a jóvenes actores, los directores de casting abrían sus puertas para realizar entrevistas personales, lo que se llamaba en EEUU un casting “general”, donde se les ofrecía la oportunidad de conocerles. Desde que los talleres empezaron a proliferar muchos directores de casting ya no entrevistan a actores sin asignarles primero un personaje. Los talleres pagados por actores e impartidos por directores de casting han sustituido poco a poco esta práctica profesional.
La ley que regula a los directores de casting en California
La ley ‘Krekorian’ fue iniciada en 2009 en California para proteger a los consumidores que pagaban bajo una esperanza falsa de empleo. Fue apoyada por cada estudio en Hollywood, incluyendo las principales Asociaciones del sector: Motion Picture Association of America Inc, AFTRA, SAG, y Walt Disney. El primero de Enero de 2010 el acto provocó la enmienda de la Comisión y ahora es parte de la ley estatal de California (Krekorian Talent Scam Prevention Act). La ley define un ‘casting’ como una ‘entrevista para un empleo’. El capítulo 4.5 de la ley estatal de California prohíbe ciertos servicios y los declara violaciones: (Artículo 1702.1.a) […]Alguien que da, ofrece[…], anuncia […] , que da a un actor, directamente o a través de referencia, a cualquier otra persona[…]y recibe una cuota del[…]actor para: clases, entrenamiento, […] o entrenamiento parecido para [..]uno, o más de los servicios siguientes: a) Obteniendo, o intentando obtener una oportunidad de empleo. b) Obteniendo, o intentando obtener un casting para un actor.[…]
Estas violaciones son consideradas como delitos menores y el castigo es encarcelamiento o una multa de hasta diez mil dólares.
La asociación de directores de casting de América ha emitido ‘pautas para los talleres’, en las que se establece que un taller debe tener ‘intenciones solamente de formación’ y que el director de casting no puede usar los talleres para castings promocionándolos con su nombre y expresando indirectamente ‘sugerir empleo en el futuro’. Las pautas dicen expresamente en el punto 2: El Director de Casting/Asociado de Casting no puede quedarse con la foto del estudiante/actor, ni su currículum vitae, tarjeta profesional, DVD u otro material electrónico o promocional. […] El director de casting/ asociado de casting no puede usar materiales que ha obtenido de un trabajo por el cual está contratado. […]’
Pero, incluso después de haberse aprobado la ley, la mala práctica siguió: En 2017 un abogado de California acusó a 25 directores de casting de no cumplir con la ley. El debate prosigue todavía. Porque abogados de directores de casting, directores de casting e incluso actores, insisten en una reforma desde que salió la ley “Krekorian Act” en EE.UU (3)
Sin embargo la ley asegura igualdad y ayuda a prevenir que todos tengan oportunidades de empleo. Y no solo aquellos que lo puedan pagar. Es una ley justa, de prevención, que impide a los directores de casting y defraudadores actuar sin motivos claros o esgrimir motivos de cebo al anunciar falsamente oportunidades de empleo sin grandes oportunidades. Obliga a crear transparencia y, por un lado, prohíbe al director de casting ofrecer un empleo desde su taller y, por otro, asegura también que el cliente no esté engañado sobre lo que cree estar pagando, ni sobre lo que puede lograr.
Algunos actores están en contra del “Krekorian Act” porque temen que sin los talleres con directores de casting no obtendrán la oportunidad de ser vistos por un director de casting. Si un director de casting no va al teatro, no concede entrevistas y no tiene tiempo de ver cine para buscar actores jóvenes, si no tienen agente, ¿cómo pueden conseguir trabajo los actores que empiezan? Después de todo un hombre de negocios puede pagar para ir a una conferencia informativa y dejar su tarjeta profesional a quien quiera, ¿pero no es este precisamente el trabajo de un buen director de casting?
En UK la asociación de directores de casting tiene un servicio para informar y denunciar los casos de abuso en el proceso de un casting. Las denuncias no son anónimas. https://www.thecdg.co.uk/. Esperemos que la recién creada Asociación de directores de casting de España, (Apdice), y la de Cataluña, puedan solucionar algunos de los conflictos de intereses y malas prácticas para mejorar su reputación en el sector.
Directores de casting y actores en España. ¿Males necesarios?
En España, a partir de la aparición de los directores de casting en los años 90 y coincidiendo con la aparición de las TVS privadas (es decir, más posibilidades de trabajo para todos), jóvenes actores y actrices pensaron que eran los directores de casting los que les podían dar una oportunidad, otorgándoles un poder de decisión que no tenían. Estos actores sin agente se gastaban verdaderas fortunas en talleres que organizaban directores de casting: para que les conozcan, para recordarles, para demostrar que han mejorado… Después estos directores de casting descubrieron a actores que tenían agente y se empezaron a hacer castings sin ninguna información establecida para el actor. Es decir, se copió todo lo que no era bueno de la industria americana.
Pero pronto para esos actores ciertas preguntas empezaron a ser relevantes: ¿Aprendo algo útil para interpretar mejor?, ¿es ético pagar para tener la oportunidad de trabajar? Los precios bajaron. Cuando hay más actores que los que la industria necesita, otros colectivos se empiezan a aprovechar de su necesidad de encontrar trabajo. En los 2000, directores de casting que veían empañada la reputación de su colectivo, empezaron a hablar. Muchos eran actores que se cansaron de la lucha de conseguir un sitio en su carrera y prefirieron ayudar y disfrutar de la posición de poder que les daban los otros actores; otros eran directores frustrados, que querían disfrutar en el proceso dirigiendo a los actores; otros expertos en marketing o en relaciones públicas con poder en las altas esferas políticas. Desde hace unos años han desplazado a los agentes en el diálogo con los productores y, en el momento que publican algo en redes, salen de debajo de las piedras miles, miles de actores que luchan por el mismo personaje.
Hoy los miles de actores que salen de las escuelas siguen acudiendo a los talleres que organizan los directores de casting por necesidad, como la única manera de adelantar su carrera, y se preguntan: ¿Un director de casting tiene un verdadero objetivo de formación en interpretación con estos talleres?, ¿los directores de casting han sido actores de éxito antes?, ¿han estado trabajando en algún rodaje?, ¿qué tipo de formación tienen? Porque no es ético que un director de casting, al que ya la empresa productora le paga sólo para buscar actores apropiados, les haga pagar también para ser vistos o recordados.
Es difícil prohibir a un actor que no avance su carrera más rápido que los demás si la oportunidad existe. Es cierto también que algunos directores de casting, si nadie se lo prohíbe o se lo recrimina, buscarán hacer dinero de cualquier manera y llegarán a considerar como “su derecho” el anunciar sus cursos como les dé la gana.
La polémica sobre la mala práctica sigue en España intocable, se sufre pero no se habla, no se dialoga de frente por miedo a perder el trabajo. En un país con una “industria” hoy dominada por el club de cuatro plataformas y cinco televisiones, más las autonómicas, los directores de casting son las estrellas. A lo largo de los años los actores están perdiendo en España su categoría de estrellas, que se pueden contar con los dedos de las dos manos. En un debate que participó la Fundación first team con Vibook en Madrid en 2014, un director de casting djo claramente en público: “Reconozco que no es ético pero, mientras los actores paguen, seguiré ofreciendo mi curso”.
Ciertas prácticas como la de cobrar para asistir al proceso de selección de un casting debería ser abolida por la reciente Asociación de directores de casting APDICE. El Estatuto de Trabajadores (Artículo 17), prohíbe el cobro de una cantidad para participar en un proceso de selección porque supone una discriminación “directa o indirecta” del acceso al empleo. Es denunciable a la Inspección Provincial de Trabajo de la Seguridad Social y es sancionable a las empresas que lo practiquen. Es éticamente reprobable promover prácticas ilegales y contrarias al correcto acceso y desarrollo profesional de los actores. De igual manera, los talleres impartidos por directores de casting, deberían ser revisados en su comunicación y en su contenido por la Asociación, porque el objetivo de los actores al acudir a estos talleres, no es el de aprender, sino el de trabajar en su próxima producción.
¿Quién es actor o actriz?
En España el carnet de actor, que autorizaba a ser parte del gremio, se rechazó con ganas después de la muerte del General Franco huyendo del control y censura franquistas. De todas maneras la falta de actores en la época hizo que se pudiera acceder al carnet de actor simplemente por meritoriaje o por ser hijo o hija de actor o actriz. Hoy cualquiera puede ser actor o actriz, parece. De hecho, los directores de casting se han convertido en los que opinan a la oreja del director y del ejecutivo de la plataforma de la calidad de un actor. Los agentes han sido completamente desplazados. A los directores de cine no se les enseña a dirigir actores ahora, como tampoco se hacía veinte años antes.
Hoy en día, el cine, la TV, las series y las plataformas son la mayor oportunidad de empleo para el actor. Siempre están en manos de cinco o siete. Desde los 90 hemos visto florecer a grupos de productores de cine y de TV que se han agrupado y han dirigido la organización de nuestro sector, y han pactado con el Ministerio de Cultura las reglas en solitario de todo un sector según el Director general de turno en el Ministerio (puesto a dedo por el club con más dinero del sector y el partido político de turno), que es más o menos sensible a las exigencias de todos los colectivos del sector. Los profesionales “independientes” tienen que hablar de temas subvencionables o “temas candentes, de moda” para acceder a las subvenciones y poder sacar pecho.
Los actores simplemente no hablan, se quejan, porque a los actores y actrices sigue faltándoles aire. Su formación no es empresarial. La mayoría trabaja en el sector sin comprenderlo. A los que mandan en el sector no les interesa que les comprendan. Esos clubs que hoy forman las plataformas audiovisuales, son a todas luces, ajenos a las opiniones del colectivo más numeroso: el de los actores y actrices. Pero, a pesar de ser más, tenemos una mínima influencia en los que deciden. Nuestra influencia está clara en la reacción del espectador, que nos ofrece su reconocimiento como creadores junto a los guionistas o directores. Así que nos convertimos en un mal necesario y sin opinión valiosa en un mercado feroz.
Durante años, en UK por ejemplo, los actores debían tener un carnet del Sindicato Equity para poder trabajar. A los alumnos de las escuelas oficiales, se les daba un carnet provisional pero que acreditaba su entrada en el Sindicato, siendo las escuelas el primer filtro para asegurar un control de calidad ya desde que salían actores formados de la escuela. Con una dura selección, los directores de casting siempre buscaron a las generaciones de nuevos actores en los ejercicios de final de curso de las escuelas de teatro del Reino Unido. Ellos han sido los primeros en reconocer la necesidad de programas de formación en el audiovisual, de hecho, llamaron a Scott y Assumpta como consultores durante cuatro años porque tenían el primer y único curso universitario en la especialidad de Interpretación Cinematográfica.
Las escuelas o talleres de Actuación en cámara. Formación seria en el audiovisual
Es responsabilidad del actor que empieza estar informado sobre las mejores escuelas que sirvan para trabajar en el audiovisual en españa. ¿Pero de verdad sirve estudiar para ser actor?, ¿todos los que trabajan más han sido autodidactas? El número elevadísimo de actores que salen de numerosas escuelas se ha multiplicado por miles. España es el país que tiene más escuelas de interpretación oficiales, y el que más actores con título en Arte dramático produce. Pero no los que estudian más son los que más trabajan en el sector. De hecho, los directores de casting se vanaglorian de encontrar a actores “en la calle”. En los premios organizados por Festivales o por profesionales, como los Gaudí, los Goya, o los de otra cualquier autonomía, todavía hay discusiones entre los jurados para premiar como mejores actores a personas que no desean serlo.
Ninguno de los clubs con poder de decisión en el sector confían en las escuelas como filtro de calidad. Ninguna de las escuelas oficiales, todavía hoy, forman profundamente al actor en el audiovisual. El profesorado, huyendo de la lucha por trabajar que ocurre en el sector, se agarra a la escuela que los acogió como alumnos dando clases con poca experiencia o ninguna en el trabajo que enseñan.
Como no hay trabajo, actores con dos créditos en personajes pequeños se declaran profesores y montan su escuela. Su alma no está en compartir su experiencia, ya que no la tienen, sino en el ansia de hacer negocio o en conservar su sitio más o menos “oficial o fijo” en la institución de turno. Muchos alumnos, poca formación práctica y un diseño encorsetado de formación que no se adapta a las necesidades reales del sector, porque nunca se ha trabajado suficientemente en él, termina creando demasiados actores con formación teatral para un mercado audiovisual que no entienden y que no les respeta.
¿Qué formación tienen los directores de casting?
Pues cada uno llega de madres y padres distintos: unos eran actores, otros directores o ayudantes de dirección, otros llegan de relaciones públicas y de marketing, algunos eran antes productores o agentes,… Algunos han sido directores de casting y actores al mismo tiempo, otros directores de casting y agentes… Las combinaciones son múltiples, como lo son los conflictos de intereses. Hasta hace poco los directores de casting asistían a ejercicios en escuelas donde podían entre risas, echarles tomates al actor que no les gustaba… Hoy hay directores de casting, que hacen pagar por hacer el casting 60 euros, que parece que no han leído el artículo 17 del Estatuto del Trabajador. Parece que por fin habrá una asociación de directores de casting para organizar, prevenir conflictos de intereses y proteger a los buenos de los malos.
Su trabajo es el de organizar y convocar sesiones de castings donde se graba al actor. Pero los que deciden, es decir, los ejecutivos de los clubs o plataformas, desconocen los criterios de calidad de un actor y prefieren que la responsabilidad la tenga otro. Han hecho de los directores de casting verdaderas estrellas y los actores les han permitido su endiosamiento. Los directores tampoco son útiles para los ejecutivos porque son muchos y como todos los artistas, no miran a números y se “equivocan”.
Después de la pandemia, los actores héroes han aprendido a manejar cámaras, a manejar la iluminación y el fondo, a controlar el sonido al mismo tiempo que actúan. Los self-tapes han eliminado toda relación con los directores de casting, muchos de ellos quejándose de que ya no pueden dirigir y que se ha deshumanizado el sector. Actores y directores de casting no estamos seguros que el diálogo sea fructífero. ¿Pero sirve de algo no dialogar? Si la respuesta es por interés propio, ¿no será que tenemos que participar más en nuestra propias asociaciones para resolver los conflictos y ajustar medidas para salvaguardar los intereses?
La dirección de un director de casting
Un director de casting o un director puede decirte lo que quieren, pero la mayoría no es capaz de decir al actor/actriz lo que ha de hacer para llegar a donde quieren. En realidad, los directores tienen muy poco contacto con el actor cuando se forman y desconocen el trabajo, apostando por el talento como si de magia se tratara. La mayoría de las escuelas de cine no tienen programas conjuntos de directores con actores. La mejor solución que se ha encontrado es que los directores aprendan a actuar, como si los años de formación actoral no tuvieran importancia. Cada zapatero, a sus zapatos, porque el interés por el estudio nunca va a ser el mismo ni el aprendizaje en hacer algo quiere decir que sabrá transmitirlo a otros.
Las escuelas de interpretación ya hemos visto que se enfocan en una formación teatral. El actor/ actriz soluciona este impasse tratando de adquirir una buena formación específica en el audiovisual a base de talleres con profesores distintos, sin un diseño de formación que recoja diferentes métodos y los aplique con rigor y experimentación en un sitio donde no perjudique a su reputación.
Ahora buscar trabajo de actor es como una agencia de viajes, te venden la playa, las vistas, el hotel y la piscina pero no te cuentan las maletas, el taxi, los dos vuelos y el viaje de tres horas de autobús que necesitas para llegar. Lo mejor que alguien puede hacer es explicar bien el destino y dejar a los que entienden el proceso de la interpretación, porque lo han vivido como actores, trasladar su experiencia de éxito y compartir cómo un actor puede interpretar mejor en el audiovisual. En los cursos de casting el actor piensa que está más cerca de la playa, pero solo está hablando con la agencia de viajes.
En general, la dirección de un director de casting es “más de esto” o “menos de lo otro” y al final, “diviértete”. En realidad, no hay más tiempo, no es el lugar. Sus palabras mágicas son: “más ritmo”, “más contundencia” y “más energía”. Tres cosas que todo el mundo dice pero, cuando las analizas, te das cuenta de que no significan nada. Básicamente están diciendo: sé un mejor actor y haz lo que quiero ver, incluso si no soy incapaz de darte una dirección lo suficientemente precisa como para inspirarte a llegar allí.
Actor, pregúntate si irías a un taller de casting si fuera anónimo el que lo impartiera. Sí, como en la legislación de California, ¿y si el director de casting no te permitiera llevar tu currículum y tu videobook?, ¿si sus créditos anteriores como directores de casting no se usasen en la comercialización del curso o seminario? Pregúntate si tu acuerdo con el conflicto de intereses, que lo vives y lo admites, te impediría pagar uno de estos cursos… De hecho, después de la pandemia, cada vez es más insignificante la relación con un director de casting.
En esta lenta recuperación después de la pandemia, las plataformas como Netflix han hecho bien su trabajo en España y hay trabajo y oportunidades para actores, como los self tapes para los actores que empiezan. Pero para los actores que han demostrado su capacidad en personajes protagonistas, digamos en más de cinco, no sería a los directores de casting dar opciones a los actores que ya han demostrado su calidad? Una entrevista grabada si se quiere, ¿no sería más que suficiente?, ¿no se debería respetar su condición de creador?, ¿qué puede hacer cada colectivo por el otro?
El ecosistema de estos cursos es claro, los actores inteligentes saben por qué están ahí. Algunos son entrenados antes de ir a las sesiones o “talleres”, tratándolos (como probablemente deberían) como un casting.
Los directores de casting viven con la disonancia cognitiva de por un lado decir que esto no es un casting y por otro dar oportunidades a gente a la que han tenido que pagar para pasar unas horas con ellos porque les ha gustado su trabajo. Un director de casting puede fácilmente ganar más dinero dando clases que haciendo el trabajo de casting.
Ojo, no todo el mundo es así. Hemos encontrado directores de casting profesionales que se limitan a informar de lo que necesitan en un casting y que ofrecen información útil y necesaria para conocer mejor el proceso de un verdadero casting profesional. Hay directores de casting que han sido actores de éxito antes y que dan buenas claves para el actor que empieza.
Los años pasan y la situación en España no mejora. Los directores de casting que dan cursos han bajado sus precios porque necesitan, después del parón obligado de la pandemia, dinero. Sería esencial que los principios éticos y el claro conflicto de interés que ofrece esta situación, fueran difundidos al máximo en redes a través del Código de buenas prácticas del actor en el audiovisual (CBPAA). Pedimos firmas para que se acabe esta situación.
La desesperación del actor para buscar trabajo
Vamos a hablar en serio: como actor, ¿tú vas a un curso con un director de casting porque quieres aprender algo sobre interpretación? o ¿estás pagando para pasar un rato cerca de alguien que no has encontrado en un contexto profesional?
Si alguien cree que la única manera para conseguir éxito profesional es a través de establecer contactos con ciertas personas con cierta área de influencia, no está teniendo suficiente confianza en su propia habilidad en hacer aquello por lo que le pagan y por lo que debería estar formado bien: actuar. Además, creemos también que puede ser contraproducente para el actor ir a estos talleres si no está formado suficientemente para realizar con éxito ese ejercicio que van a hacer delante del director de casting. Puede ser que se metan en el cajón mental de “está muy verde” y esa etiqueta puede ser muy difícil arrancarla.
Si todos los actores de éxito renunciaran a una buena formación por tener la oportunidad de conocer a alguien que pudiera darles trabajo pagando sin hacer el trabajo duro de probar, investigar, equivocarse, ¿serían tan buenos actores?
La transparencia es esencial para prevenir que la industria cinematográfica se llene de buscadores incompetentes en busca de un falso estrellato. Es esencial que un actor se acuerde de la razón primera que le hizo querer dedicarse a la interpretación. Hay una gran diferencia entre querer ser famoso y querer ser un buen actor. Ser un buen actor en cine y TV es reconocer la interpretación como una profesión noble, porque a través de cualquier trabajo se articula un conocimiento popular, se inspira al público para que pase un buen rato y si reflexionan en el tema, mejor que mejor. Los actores ayudamos a generar preguntas, a provocar ideas en el espectador para ampliar su punto de vista, y se obtienen respuestas emocionales porque el espectador, si es estimulado por lo que ve, disfruta, se compara, aprende.
En nuestra crisis económica mundial, en este parón forzado que hemos tenido debido a la pandemia del coronavirus, la desesperación contamina todavía más nuestras actitudes, nuestros valores. Hemos oído de boca de representantes: “A mi actor no puedo exigirle que sea ético, ha de trabajar”.
¿Cuál ha sido la respuesta de la Fundación first team y de la Asociación ABPAU?
Los fundadores Scott Cleverdon y Assumpta Serna de la Fundación first team reconocieron ya desde finales de los 90 que el entrenamiento académico de interpretación no se ha adaptado suficientemente a las necesidades cambiantes de la industria del Cine y TV, y contribuyeron con un curso de especialización de más de 30 créditos en españa, el primer curso universitario de postgrado en Interpretación cinematográfica. Las escuelas de interpretación oficiales de arte dramático no cubren una necesidad: la de abrir puertas al mercado profesional en el audiovisual, así que, siendo dos medios completamente distintos, no se ofrece una formación seria al actor para trabajar en cámara, siendo el sector audiovisual el que más dinero puede ofrecerle. De la misma manera que los directores de teatro y los directores de cine estudian cine, la especialidad es necesaria, justa y ya está tardando. Tiene de retraso, unos cien años.
Como escuela y como fundación hemos luchado más de veinte años para que la interpretación cinematográfica fuera una especialidad. Este año es decisivo porque se aprobó la ley para que cualquier escuela oficial de interpretación pueda sacar también su propio diseño en la especialidad. (ver B.O.E )
Un buen actor tiene que tener talento y ser competente en su trabajo, y un buen director de casting tiene que saber cómo reconocerlo. Para ello, deben tener algún tipo de formación, no solo pueden tener gustos, han de tener criterios de calidad, saber por qué funciona una interpretación y tener la información y formación de cómo mejorar su trabajo.
En 2006 nos unimos con un grupo de juristas de la Fundación Gregorio Peces Barba de la Universidad Carlos III, quienes nos ayudaron a redactar el Código de buenas prácticas, que pretende ser una guía para las relaciones entre profesionales. Es una propuesta refrendada con las Asociaciones del colectivo de actores y se van haciendo revisiones regularmente. La Fundación ha donado a la Asociación ABPAU la difusión del Código. En plena pandemia creamos una comunidad de más de 100 profesionales de 16 países donde al entrar se firma un protocolo ético y se pone a disposición el Código. Es la Comisión de ética la que se encarga de organizar los eventos de diálogo y debate entre colectivos de nuestro sector. Pedimos que toda institución o empresa profesional que se precie de ética esté en esta asociación para decidir el futuro de nuestro Código. Puede manifestarse enviando un correo a: etica@familiadecine.com
En nuestra sociedad se celebra la riqueza y la fama, pero ¿se pueden lograr hoy ambas cosas con una conciencia limpia, rigurosa y profesional en el trabajo? La Fundación first team, la Asociación ABPAU y la Familia de cine creen que es esencial mantenerse alerta y conocer lo que está cambiando en otros lugares. El objetivo de la Fundación first team es erradicar el miedo al fracaso que lleva a los actores a pagar para tener la oportunidad de trabajar, lo que permite a los que juegan con malas artes, abusar de su pequeña posición para conseguir dinero de los que estando desesperados y que quieren conseguir su ‘gran oportunidad’.
“En una encuesta a jugadores profesionales de hockey les preguntaron si querían llevar cascos, pero sin garantía que todos lo llevaran al mismo tiempo, con lo que había una desventaja individual al llevarlo. No fue hasta que se convirtió en una ley por la que todos los jugadores de hockey tenían que llevar casco, que lo llevaron… y además, sin protestar.”
Han aparecido reglas en Hollywood para aclarar en qué un taller con un director de casting puede mejorar el trabajo de un actor y en qué envilecerlo. La ley asegura que los que reciben reconocimiento por hacer bien su trabajo son los que trabajan duro para conseguirlo. En la Unión Europea, actualmente, no hay legislación para imponer la transparencia en los talleres con directores de casting o para prevenir a un actor pagar para obtener un trabajo.
¿Quién impone las pautas en España?, ¿quién es responsable para que aparezcan unas pautas? Pese a los esfuerzos en redactar el Código de ética de la Fundación first team, donde se revisan todas las relaciones éticas entre actores y otros miembros de la industria, es poco practicado y desgraciadamente poco conocido por las empresas productoras y los directores de casting. Cada actor nos puede ayudar a difundirlo en change.org.
Los fundadores de la Fundación first team junto a cincuenta Asociaciones del sector, y ayudada por un equipo de juristas de Carlos III y la Fundación Gregorio Peces Barba, han intentado definir la ética en todas y cada una de las relaciones del actor con los otros miembros del sector audiovisual, convencidos de que cuando falla la ética muere la confianza, y muerta la confianza se paraliza la economía, la inversión, el consumo, la ilusión por la profesión, la calidad de las obras audiovisuales y el prestigio del sector.
En 2019, La Fundación first team cedió todos los derechos a la Asociación ABPAU para difundir e implementar el código y apoyar a otras entidades que empezaron a redactar sus propios códigos y protocolos.
Actualmente, el CBPAA ha servido de base para el CBPA, propuesta de un Código ético dirigido a todos los profesionales del audiovisual.
¿Qué puedo hacer yo, actor, para mejorar la situación?
Puedes ayudarnos a trabajar en nuestro código y conocer a otros técnicos, directores o actores con la misma preocupación por la ética. Hazte miembro de Familia de cine y ayúdanos a redactar y organizar los eventos de difusión. Si no tienes tiempo, también puedes hacerlo invirtiendo en la construcción de una comunidad de cine con las ventajas que aporta nuestra comunidad.
¿Tenemos que luchar para que se apruebe una ley por la que los actores podamos tener un verdadero Sindicato? ¿Corresponde al Estado? ¿Son los políticos que no consideran a la cultura un bien los que arreglarán el tema?, ¿los productores?, ¿los actores famosos pueden ayudar? Las Academias de cine tienen como objetivo el diálogo entre los colectivos del sector, ¿les tocaría a ellas también difundirlo? ¿Qué legislación tenemos para prevenir prácticas poco éticas en el audiovisual? ¿Va a cambiar la situación la nueva Ley del Audiovisual? ¿Y el Estatuto del Artista, contempla la ética? Entre todos debemos intentarlo.
¿Cuándo será prioridad para el actor profesional exigir una actitud ética en su trabajo? La ética va antes del trabajo, porque si no hay ética, no vas a poder cobrar por tu trabajo. ¿Cómo puede luchar una persona sola contra lo que parece que hacen muchos, sin creer que su negativa le situará en desventaja? ¿Cómo podemos exigir una revisión ética a las Asociaciones del sector?
La Comunidad de la Familia de cine, los profesionales asociados en ABPAU y los miembros de la Fundación first team creen que, para lograr ser mejores, cada persona tiene la responsabilidad de mantener y cultivar sus valores y luchar unidos en objetivos comunes para que no se retroceda en sus derechos. El camino honesto al éxito no es corto, pero debe ser divertido, emocionante, gratificante y, sobretodo, digno. Te exhortamos a que leas el código, lo firmes en change.org y lo difundas entre tu círculo de actores por redes. Gracias.
ACUDE AL EVENTO EL 4 DE FEBRERO 2023 DEBATE ACTORES y DIRECTORES DE CASTING EN CENTRO CULTURAL PUERTA DE TOLEDO. ESCRÍBENOS TU DESEO DE ASISTENCIA A: etica@familiadecine.com
Algunos artículos y enlaces útiles.
- http://playbillsvspayingbills.com/2010/05/26/casting-director-workshops/
- https://www.latimes.com/business/hollywood/la-fi-ct-casting-directors-charges-20170209-story.html
- http://www.befreetochoose.org/mark-lamberts-letter-to-casting-directors#more-10
- https://www.escuelaassumptaserna.com/
- https://apdice.es/asociacion/#
- https://www.thecdg.co.uk/
(*) los términos “actor” , “director de casting”, “director”, “productor” están en género neutro más establecido y para facilitar la lectura. Por favor, leer “actriz”, directora de casting”, “directora”, “productora”, al mismo tiempo. Gracias.
Mónica Callejo
Totalmente de acuerdo con el artículo. Muy bien explicado y muy necesaria esa revisión ética
Escuela Assumpta Serna
QUerida Mónica:
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Muchas gracias por darnos ánimos yudarnos a crecer!